Este soy yo y no estoy tomando el sol.
De pequeño nunca fui el favorito.

Ni de mis padres, ni de mis tíos, abuelos o hermanos.
Eso me empujó a volverme el más salvaje, el rebelde. El segundo hermano, el amante, el bandido… con muchas habilidades, pero ninguna “la mejor”.
Nada que me haga destacar.

Me tocó esforzarme más.
Ser el que explora la montaña, el que arma los paseos, las fiestas, los cumpleaños.
El que cocina para los amigos y siempre tiene un plan.
El que dibuja árboles, casas, personajes… porque si no era el favorito de nadie, al menos podía crear mundos fantásticos donde sí importaba.

Es así...
Soy artista desde niño, aunque a veces me olvido que tengo dislexia.
Pero genero experiencias grandiosas, y obras de arte potentes, que hablan por mí y atraviesan el espacio, aunque nadie me haya coronado de nada.

Y como te dije: no soy el más fantástico.
Pero también soy bailarín, y aunque llevo años bailando, sigo perdiendo el ritmo en el tiempo musical, lo más básico de lo básico. Lo que cualquier otro ya domina sin pensarlo.

Es lo que hay.
Si no eres el número uno, te toca esforzarte más.

Conozco el rincón de los que no encajan, del que crea porque no le quedó otra.
Si ves mis dibujos, tienen miles de rayones hasta encontrar la línea correcta.
Es lo que hago con mis experiencias, mis obras, mis textos.
Salen de ese lugar: de lo real.
Lo que toca el corazón.
Lo que no miente.

Quizá reconoces esa parte tuya que nadie aplaude, pero que te sostiene.
Si tú también vienes del lugar del #2…
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PD: Escribo un email diario. Te muestro lo que hago…
y quizá encuentres una parte tuya que hace rato no ves.